Obtener una licencia para un sistema de pago en Hong Kong es un paso estratégico para empresas que buscan escalar servicios financieros en Asia y conectarse a canales internacionales de liquidación. La jurisdicción se percibe como un entorno jurídico estable y predecible, con un marco de supervisión financiera sólido y una infraestructura de control bien desarrollada. El regulador pone el foco en la estabilidad de los modelos comerciales, la protección de los usuarios y la transparencia de las operaciones financieras.
En este contexto, la obtención de una licencia para una empresa de pagos en Hong Kong deja de ser una formalidad administrativa y se convierte en un indicador de madurez del gobierno corporativo, de la calidad de los controles internos y de la capacidad del sistema de compliance para interactuar de forma diaria con las autoridades supervisoras. El proceso demuestra que el negocio puede cumplir requisitos de seguridad, gestionar riesgos y mantener un alto nivel de confianza por parte de usuarios y socios.
Esta publicación analiza la atractividad económica de la jurisdicción, el marco legal que regula las actividades de pago en Hong Kong, los criterios de admisión y la secuencia de acciones que debe seguir el solicitante. Se abordan los requisitos mínimos de capital y de control interno, el procedimiento de preparación documental, las particularidades de la evaluación de la reputación y competencia del equipo directivo, así como los aspectos fiscales básicos en función del origen de los ingresos.
Marco legal de la actividad de pagos y licenciamiento de sistemas de pago en Hong Kong
La función de autoridad central recae en la Hong Kong Monetary Authority (HKMA). Este organismo examina las solicitudes, mantiene un control continuo sobre las operaciones y analiza la información reportada por los participantes del mercado. Una parte relevante de la supervisión se centra en el compliance interno y en la preparación ante incidentes de ciberseguridad. Para los emisores de dinero electrónico existe un régimen específico —SVF (Stored Value Facilities)— que regula la protección de los fondos de los clientes, las normas de reserva y la transparencia de las liquidaciones.
Los participantes del sector se dividen, de forma general, en tres grandes categorías:
- Proveedores SVF: emisores de dinero electrónico y administradores de monederos multimoneda.
- Redes de pago minorista (RPS): infraestructuras de pagos masivos integradas con entidades bancarias.
- Money Service Operators (MSO): entidades que realizan cambio de divisas y transferencias internacionales, supervisadas por el Customs & Excise Department.
Para obtener la autorización que permite iniciar la actividad de una plataforma de pagos en Hong Kong, el solicitante debe demostrar el cumplimiento de una serie de requisitos regulatorios. Entre los principales destacan:
- Capital social mínimo de 25 millones de HKD.
- Implementación de un sistema integral AML/CFT.
- Designación de responsables para la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo.
- Garantía de confidencialidad de los datos de los clientes y segregación de fondos en cuentas bancarias separadas.
- Presentación puntual de reportes regulatorios y realización de auditorías externas.
Conviene tener en cuenta que el incumplimiento de las directrices de la HKMA puede dar lugar tanto a sanciones administrativas como a responsabilidades penales. El regulador está facultado para suspender temporalmente la licencia, revocar las autorizaciones concedidas o imponer una administración externa. Las infracciones relacionadas con el uso indebido de fondos de clientes o la ocultación del origen de los recursos se consideran faltas graves y reciben un tratamiento especialmente estricto.
Hong Kong y las licencias de pago: un sistema hecho a medida, no en serie
Hong Kong ha construido su régimen de licencias de pago evitando soluciones genéricas. Cada autorización responde a una lógica funcional y obliga al solicitante a demostrar que su estructura jurídica, financiera y operativa está alineada con el servicio que ofrece. No es un sistema pensado para experimentar sobre la marcha, sino para entrar con el modelo bien definido.
El caso más habitual es el de las entidades que gestionan dinero electrónico o wallets de pago. Para ellas existe el régimen de Stored Value Facility, que impone capital mínimo elevado, presencia local y custodia segregada de los fondos de clientes. La supervisión no termina con la concesión del permiso: el regulador vigila de forma continua la solvencia y la cobertura real de los saldos. Este enfoque ha convertido a esta licencia en el estándar para plataformas de pago orientadas al consumo masivo.
En paralelo, el regulador identifica determinadas plataformas como infraestructuras esenciales. No son simples proveedores, sino engranajes del sistema. En estos casos, se aplica un marco de designación especial que implica control técnico permanente y cumplimiento de estándares operativos estrictos. Es un reconocimiento que viene acompañado de obligaciones proporcionales a su impacto sistémico.
Para los servicios de envío de dinero y cambio de divisas, la puerta de entrada regulatoria es distinta. El permiso de Money Service Operator, gestionado por otra autoridad, exige transparencia total sobre el origen de los fondos y la capacidad del equipo gestor. El hecho de operar sin oficinas físicas no reduce la carga regulatoria si la función económica del servicio está clara.
La evolución más reciente del sistema es la introducción de un régimen específico para stablecoins. Con la nueva normativa, Hong Kong busca integrar estos instrumentos en su ecosistema financiero sin sacrificar control. Reservas completas, auditoría y reporting se convierten en requisitos básicos. Para empresas tecnológicas, esto abre una vía regulada para innovar sin moverse en zonas grises.
En conjunto, el mensaje del regulador es coherente: Hong Kong no ofrece licencias rápidas, pero sí marcos estables para quienes llegan con un modelo claro, capital real y capacidad de cumplir. Esa es la lógica que sostiene todo el sistema.
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Categoría del requisito |
Contenido evaluado por la HKMA |
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Capital y solvencia |
Capital desembolsado mínimo de 25 millones de HKD y nivel de reservas suficiente para garantizar la cobertura total de los fondos de clientes y obligaciones operativas. |
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Gobierno corporativo |
Distribución efectiva de funciones entre el consejo, auditor externo, responsable de riesgos y área de cumplimiento, evitando solapamientos y concentración de control. |
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Cumplimiento AML/CFT |
Sistemas activos de identificación y verificación de clientes, controles continuos sobre transacciones y procedimientos documentados de detección de operaciones sospechosas. |
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Infraestructura tecnológica |
Seguridad de la información, protección frente a ciberataques, planes de continuidad del negocio, copias de seguridad y protocolos de recuperación de datos. |
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Sustancia local |
Presencia física en Hong Kong mediante oficina operativa y designación de un representante con autoridad suficiente ante el regulador. |
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Supervisión y auditoría |
Entrega periódica de estados auditados y disponibilidad para inspecciones regulatorias y revisiones técnicas por parte de la HKMA. |
Ruta regulatoria para habilitar una plataforma de pagos en Hong Kong
El acceso al mercado de pagos hongkonés se apoya en un procedimiento regulatorio progresivo que, en condiciones normales, se extiende durante varios meses. La HKMA no opera con calendarios cerrados ni con modelos estándar: cada expediente se estudia en función de su complejidad, de la solidez del diseño corporativo y del grado de preparación operativa del solicitante. Una estructura clara y bien documentada marca la diferencia entre un proceso fluido y uno lleno de fricciones.
El punto de partida es la constitución de una entidad local en Hong Kong. El solicitante debe establecer una sociedad bajo derecho hongkonés —habitualmente una private company limited by shares— y definir con precisión el alcance de la actividad que pretende desarrollar. En esta fase se determina si el proyecto encaja en el régimen SVF, MSO o en el marco específico aplicable a stablecoins. Un encaje incorrecto suele provocar retrasos significativos, por lo que el análisis previo resulta crítico.
Con la categoría definida, se inicia la preparación del expediente regulatorio. Para habilitar una plataforma de pagos en Hong Kong es necesario presentar un plan de negocio estructurado, la arquitectura de gobierno corporativo, información completa sobre directores y beneficiarios efectivos, y una descripción técnica detallada de los sistemas utilizados. El regulador exige además políticas AML/CFT plenamente operativas, evaluaciones de ciberseguridad y pruebas documentales de la existencia de reservas suficientes para cubrir las obligaciones frente a los usuarios. La coherencia entre el modelo descrito y la operativa real es un elemento central del análisis.
La revisión del equipo directivo forma parte del núcleo del procedimiento. La HKMA aplica el criterio de idoneidad para evaluar experiencia, reputación y capacidad de gestión. Se espera que la dirección comprenda el entorno regulatorio local y sea capaz de implementar controles internos efectivos, especialmente en materia de riesgos y protección del usuario.
En paralelo, se analiza la solidez financiera del proyecto. Antes de obtener la autorización, la empresa debe acreditar un capital desembolsado mínimo de 25 millones de HKD y demostrar que los fondos de clientes estarán totalmente respaldados por activos líquidos. Cuando la entidad no dispone de infraestructura propia para la custodia de fondos, se requiere la formalización de acuerdos con bancos de primer nivel. Este elemento es clave para generar confianza tanto en el regulador como en el mercado.
En una fase avanzada, la HKMA puede solicitar entrevistas con los responsables del proyecto para aclarar aspectos técnicos y operativos. Estas reuniones suelen ir acompañadas de requerimientos adicionales de información. El procedimiento concluye con una resolución formal. En caso de aprobación, la empresa queda inscrita en el registro público y pasa a operar bajo supervisión continua, con un ciclo total que suele situarse entre seis y doce meses.
Cómo obtener la aprobación del HKMA para una entidad de pagos en Hong Kong
La obtención de una autorización del HKMA no es un trámite administrativo, sino un proceso regulatorio integral. Todo comienza con una consulta previa para definir el tipo de licencia necesario y los requisitos regulatorios aplicables. A partir de ahí, se procede a la constitución de una sociedad en Hong Kong, habitualmente bajo la forma de Private Limited.
Una vez creada la entidad, se prepara el dossier regulatorio: plan de negocio detallado, políticas de prevención de blanqueo y financiación del terrorismo, arquitectura de los sistemas IT y perfiles completos de accionistas y directivos. El HKMA somete al equipo gestor a una evaluación fit and proper, centrada en su experiencia, solvencia profesional y reputación.
El análisis financiero es otro eje crítico del proceso. El regulador verifica el origen y suficiencia del capital, la capacidad de liquidez y la existencia de reservas adecuadas. Posteriormente, tiene lugar una reunión con el HKMA, en la que se contrastan el esquema comercial y los controles internos descritos en la documentación.
Si todas las fases se superan sin observaciones relevantes, el HKMA concede el estatus regulatorio e inscribe a la entidad en el registro de licenciatarios. Cualquier incoherencia entre políticas y práctica, errores financieros o debilidades en la estructura de gestión pueden bloquear el proceso. Anticiparse con una auditoría de compliance y una revisión del modelo de gobernanza suele marcar la diferencia entre aprobación y rechazo.
Marco fiscal para proveedores de servicios de pago en Hong Kong
Para las organizaciones que solicitan autorización para prestar servicios de pago en Hong Kong, el régimen fiscal es un elemento clave en el diseño de la estructura corporativa. A diferencia de muchas jurisdicciones asiáticas, Hong Kong aplica un modelo tributario sencillo y estable, orientado a fomentar la actividad empresarial y atraer inversión extranjera. Su principal ventaja es el principio territorial de tributación, según el cual solo se grava la renta generada a partir de fuentes situadas dentro de Hong Kong.
El tipo general del impuesto sobre beneficios es del 16,5 %. No obstante, las pequeñas y medianas empresas pueden acogerse a un régimen fiscal escalonado: los primeros 2 millones de HKD de beneficios tributan al 8,25 %, mientras que el exceso se grava al tipo estándar. Esta estructura resulta especialmente atractiva para empresas fintech y startups innovadoras que obtienen autorización para operar servicios de pago en Hong Kong, ya que permite compensar los costes iniciales asociados al desarrollo tecnológico y al cumplimiento regulatorio.
El sistema fiscal de Hong Kong se caracteriza por su transparencia y por la ausencia de impuestos indirectos relevantes. No existe IVA, ni impuesto sobre dividendos, ni gravamen sobre las ganancias de capital, lo que simplifica la planificación fiscal y reduce significativamente la carga impositiva global. Además, los beneficios generados fuera del territorio pueden quedar exentos de tributación siempre que sean calificados como ingresos de fuente extranjera (offshore-sourced) y estén debidamente respaldados por documentación.
La calificación de ingresos como offshore-sourced se evalúa de forma individualizada. El Inland Revenue Department analiza dónde se toman las decisiones de gestión, dónde se firman los contratos y dónde se prestan efectivamente los servicios. Por ejemplo, si una empresa de pagos presta servicios a clientes fuera de Hong Kong y las liquidaciones se realizan a través de cuentas bancarias extranjeras, dichos ingresos pueden quedar exentos de impuestos en Hong Kong. No obstante, esto exige una correcta estructuración contractual y pruebas documentales consistentes.
Para las entidades autorizadas por la HKMA, también resulta relevante la red de convenios para evitar la doble imposición suscritos por Hong Kong. El territorio ha firmado más de 40 acuerdos de este tipo, incluidos convenios con Singapur, el Reino Unido, Alemania y Rusia. Estos tratados permiten evitar que un mismo ingreso sea gravado simultáneamente en la jurisdicción de origen y en Hong Kong.
El régimen fiscal está estrechamente vinculado a la determinación de la residencia fiscal de la empresa en Hong Kong. Una entidad se considera residente a efectos fiscales cuando la dirección y el control de sus actividades se ejercen en la jurisdicción. Esto implica que las decisiones clave —como la aprobación del presupuesto, el nombramiento de directores y la definición de la estrategia— se adopten en Hong Kong. Para las compañías que pasan por el proceso de licenciamiento como proveedores de servicios de pago, este estatus facilita la relación con la administración tributaria y refuerza la credibilidad frente a bancos e inversores.
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Parámetro |
Descripción |
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Tipo del impuesto sobre sociedades |
16,5 % sobre beneficios generados en Hong Kong; 8,25 % sobre los primeros 2 millones HKD |
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IVA, impuesto sobre dividendos y ganancias de capital |
No aplicables |
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Principio de tributación |
Territorial: solo se grava la renta de fuente local |
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Exención de ingresos offshore |
Exención de beneficios generados fuera de Hong Kong, sujeta a justificación documental |
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Convenios para evitar la doble imposición |
Más de 40 tratados internacionales en vigor |
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Auditoría obligatoria |
Auditoría anual obligatoria para todas las entidades con licencia |
Nueva regulación de 2025: licenciamiento de emisores de stablecoins y su impacto en el mercado de pagos
Desde el 1 de agosto de 2025 entró en vigor la Stablecoin Ordinance (Cap. 656), que establece un marco jurídico específico para las empresas que emiten tokens respaldados por monedas fiduciarias. Esta norma es la continuación lógica de las reformas impulsadas por la HKMA y tiene como objetivo reforzar la estabilidad financiera en el ámbito de los activos digitales. El nuevo régimen está directamente vinculado al proceso que debe seguir cualquier empresa que pretenda obtener una licencia para sistemas de pago en Hong Kong, ya que las fronteras entre los servicios de pago tradicionales y los activos digitales se están diluyendo rápidamente.
La ley se aplica a los emisores de stablecoins referenciadas al HKD, así como a las plataformas de pago que utilicen dichos tokens para liquidaciones o aceptación de pagos. En la práctica, esto implica que las fintech que ya operan como SVF operators deberán someterse a un licenciamiento adicional si integran activos digitales en su ecosistema. El nuevo régimen también alcanza a estructuras internacionales que planeen obtener una licencia de actividad de pagos en Hong Kong con funciones de emisión o circulación de stablecoins.
La normativa fija requisitos estrictos sobre los activos de reserva. Los emisores deben mantener una cobertura del 100 % de todos los tokens emitidos con activos altamente líquidos, como depósitos en bancos de Hong Kong, bonos gubernamentales a corto plazo u otros instrumentos de riesgo mínimo. Además, están obligados a revelar la composición de las reservas, someterse a auditorías independientes y presentar informes trimestrales a la HKMA.
Licencia HKMA en Hong Kong: el sello regulatorio que define al sector pagos
La obtención de una licencia HKMA no es un trámite administrativo, sino una validación estructural del modelo de negocio. El regulador exige coherencia entre capital, gobernanza, controles internos y operativa real, lo que convierte la autorización en un activo reputacional frente a bancos, socios tecnológicos e inversores. En un entorno donde la confianza es moneda dura, Hong Kong ha construido un marco que filtra proyectos débiles y refuerza a los operadores sólidos, consolidándose como uno de los hubs más fiables para servicios de pago en Asia.